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Un juego sin reglas: Nerve

 

 

 

 

Esta película retrata el mundo que nos ha tocado vivir o el que próximamente estamos a punto de vivir: el de la dictadura de la informática. Hoy todo el mundo tiene un Smartphone, un Ipad, un celular, un PC, etc; todas las personas están “automatizadas”, conectadas a chips de manera directa o indirecta. La pesadilla de George Orwell y su novela “1984” se ha hecho realidad, el Gran Hermano no está a la vuelta de la esquina, está justo encima de nosotros, bajo nuestras narices.

Una joven – interpretada por Emma Roberts- decide participar en un juego virtual online donde los concursantes escogen si ser “observadores” o “jugadores”. Si escoges lo último te comprometes a llevar a cabo unos retos en la vida real y transmitirlos en línea por la red. Estos retos consisten, por ejemplo, en levantarse la falda y mostrarle la cola a todo el mundo, o vestirse con un traje costosísimo en una tienda de alta costura, o besar a un extraño. El juego se va poniendo peligroso cuando Venus – la protagonista- conoce a un extraño muchacho –interpretado por Dave Franco- que también participa como jugador en este asunto bastante enredado.

El juego es transmitido en directo y las personas deben hacer aportes en dinero a la causa: la diversión por Internet. Los jugadores reciben apoyo de los observadores y también dinero.

 

 

Cuando uno sale de ver la película queda con la extraña sensación de haber presenciado algo peligroso, perverso y de cierta forma estúpido –me refiero al juego-. ¿Hasta dónde está llegando este mundo online? ¿Hasta dónde el morbo se ha multiplicado gracias a la Internet? ¿Hasta dónde los jóvenes o cualquier persona estamos a merced de los genios de la informática? ¿Y hasta qué punto nuestras vidas están peligro de ser manipuladas por personajes siniestros que se encuentran detrás de un computador?

La película está basada en una novela de Jeanne Ryan y desafortunadamente cae en el cliché del romance adolescente, del encuentro casual, de la chica normal a la que le cae del cielo el galán de galanes.

Es una buena oportunidad – de otro lado- para reflexionar sobre lo que está haciendo la tecnología con nuestra cultura, con nuestra sociedad, con nuestra forma de relacionarnos con los demás, del peligro de no distinguir entre lo ficticio y lo real, y de lo que podrían hacer con nuestras mentes los gurús de los medios informáticos. Lo que yo siempre he pensado: quien tenga la llave maestra del Internet dominará al mundo. Y eso es “Juego sin reglas: Nerve” una muestra de lo que puede o está haciendo Internet con el hombre, con la sociedad, con la humanidad.

La Internet es solo una herramienta, es cierto, es como un martillo con el cual yo puedo clavar una puntilla o puedo partirle la cabeza a una persona. La tecnología no es la responsable de la deshumanización del hombre, es el mal uso de la tecnología lo que está acabando con la sociedad. Nosotros somos responsables del presente y del futuro de nosotros mismos y de la sociedad; nosotros podemos promover un “Internet positivo”, pero también podemos cohonestar con un “Internet nefasto y negativo”.

Las teorías de la conspiración no hacen sino hablar del Nuevo Orden Mundial, de aquella distopía que supuestamente están promoviendo los poderes globales para crear una dictadura mundial. Pues, yo creo que el Nuevo Orden Mundial siempre lo hemos tenido en frente de nuestras narices y es la Internet. Allí es donde habitamos desde hace rato, allí es donde nos espían, allí es donde nos controlan, allí es donde hemos dejado nuestra alma.

Esta cinta, de la que estamos hablando, pone a reflexionar de manera superficial –o no tanto- sobre todos estos temas; no faltará el imbécil o la imbécil que le dé por imitar ese macabro juego que aparece en la película, ¿o es que acaso ya no se están inventando y poniendo en práctica esos jueguitos online donde el participante tiene un pie en la realidad y otro en la fantasía?  

Buena banda sonora, bonitos colores, dos actuaciones muy ortodoxas –las de Roberts y Franco-, y un amor platónico: la chica Emily Meade, que hace de amiga de Venus,  la protagonista; los chicos cuando vean la cinta sabrán el porqué: es la que hace de porrista al principio de la película.

 

Mi calificación para esta producción es de 3.9 sobre 5.0.

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