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Omar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El conflicto palestino-israelí es el telón de fondo de esta excelente película del realizador Hany Abu-Assad. “Omar” narra la historia de unos jóvenes palestinos que con frecuencia –sin permiso- cruzan el muro que ha sido levantado entre estas dos naciones, y nos referimos específicamente al “muro físico” que está erigido en entre estos países. Los jóvenes deciden recurrir a la violencia para protestar, y ahí se complica la vaina. Uno de ellos –Omar- es encarcelado, torturado, y obligado a trabajar secretamente para las fuerzas opositoras.

 

Este filme fue nominado al premio Óscar como mejor película extranjera de 2013. Sus protagonistas principales son los actores: Adam Braki (en el papel de Omar), Leem Lubany (en el papel de la novia de Omar), Iyad Hoorani (como el jefe del grupo al cual pertenece el protagonista), Samer Bisharat, y Waleed Zuaiter.

 

La película no es maniquea, ya que no se pone del lado de ninguno de los dos bandos; yo creo incluso que retrata a las dos facciones (palestinos e israelíes) como víctimas y victimarios de este conflicto que no ha tenido solución. Los palestinos están en una situación muy compleja, sin embargo, varios grupos de esa nacionalidad utilizan equivocadamente el terrorismo como respuesta a su difícil posición. De otro lado, los israelíes son víctimas de ese terrorismo pero se les va la mano en la represión contra los grupos palestinos. No hay buenos ni malos, solo hay seres humanos que padecen una difícil situación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay varios aspectos para destacar de la película: 1. Es entretenida, ya que el espectador se puede mantener en una constante tensión, debido a los hechos que se suceden en la pantalla; 2. La hermosa actriz Leem Lubany, que representa una belleza exótica de ese pueblo árabe; 3. El conflicto sicológico al que está expuesto el protagonista. Ya que de cierta forma el espectador debe también tomar una decisión, o por lo menos compartir o no las decisiones que toma el protagonista. Es como si el director preguntara: “¿Usted qué haría en este caso?".

 

La parte técnica de la película es aceptable, o más que aceptable, con una excelente cinematografía, buen sonido, y buenas actuaciones. La producción es realmente muy buena. Y digo muy buena porque estamos hablando de un filme palestino, y no de una producción multimillonaria de Hollywood. Esta película demuestra que el buen cine se puede hacer en todos lados, incluso en sitios donde aparentemente las cosas están complicadas.

 

 

Mi calificación para esta película es de 4.2 sobre 5.0.

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