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Oldboy

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Joe Doucett –interpretado por Josh Brolin- es un alcohólico, vive una vida desordenada. Un día es secuestrado por una enigmática mujer y conducido a una habitación de la que no puede escapar. El encierro dura veinte años. Después de este lapso es dejado en libertad. ¿Por qué lo secuestraron? ¿Por qué lo dejaron en libertad? ¿Quién ordenó su rapto? Todas estas preguntas las tendrá que responder Doucett durante el transcurso de la película.

 

“Olboy” del director Spiker Lee es un remake de una cinta homónima surcoreana del realizador Park Chan-wook. A su vez, esta cinta está basada en un cómic japonés.

 

Brolin, conocido por su participación en cintas como “No country for old men”, “W”, “Sin city 2”, entre otras películas, es el protagonista del filme y sobre quien recae la mayor responsabilidad en el desarrollo del mismo. Él es quien interpreta a Doucett, un hombre que es plagiado y sometido a un largo encierro de dos décadas. Durante ese tiempo Doucett deja el alcohol, se fortalece física y mentalmente, y sobre todo es sometido a la tortura de saber que es acusado de matar a su ex esposa y de ver crecer a su hija a través de la televisión. La actuación de Brolin es convincente, creíble, aunque el rol encomendado es un poco traído de los cabellos, porque toda la película es traída de los cabellos de principio a fin. Junto a Brolin también actúan Elizabeth Olsen y Sharlto Copley.

 

Una mezcla de cine gore, historia de superhéroe, y violencia indiscriminada produce un sancocho que es premiado con un final inesperado. Uno sale de ver la película sin saber qué fue lo que contempló, si fue un film épico, o una historia negra, o un sueño absurdo en la mente de un realizador desquiciado.

 

Mucha gente dirá sobre esta película: “Es absurda”, y tendrán razón es completamente descabellada, y ahí está lo llamativo de la cinta. El guión es completamente rebuscado, pero al final uno perdona todos esos descaches porque eso fue lo que se planteó desde el principio.

 

Habrá que observar la versión surcoreana (que no he visto hasta ahora), y comparar los dos filmes. Aunque las posturas críticas hacia la versión de Lee son totalmente radicales.

 

Una historia muy creativa, demasiado diría yo –rayando con lo ridículo-, una actuación de Brolin muy decorosa, y pare de contar, el resto es sangre –mucha sangre-, patadas, puños, y algo de sexo –pero muy poquito- aunque lo necesario como para dar un golpe psicológico a quien vea completo el filme.

 

Mi calificación para esta película es 3.9 sobre 5.0.

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