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“Los 33”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Francisco Bermúdez Guerra

 

 

En agosto de 2010 ocurrió una tragedia que fue seguida por el mundo entero: una mina en Chile sufrió un derrumbe; treinta y tres obreros quedaron atrapados. Esta noticia le dio la vuelta al globo terráqueo.

 

Durante un poco más de sesenta y nueve días estos treinta y tres mineros lograron sobrevivir, padeciendo hambre, deterioro corporal agudo y rozando peligrosamente con la muerte. Todos supimos lo que ocurrió al final, sin embargo, esta película de la directora Patricia Riggen narra de una forma entretenida y emocional ese hecho que copó la atención de la opinión pública a nivel universal.

 

El filme está basado en los hechos reales, en parte de lo que ocurrió con los mineros, con sus familias, con el gobierno chileno, con los rescatistas. Sin embargo, en esos pocos minutos que tiene la cinta los realizadores logran transmitir la emocionalidad que se apoderó de los protagonistas reales de la tragedia.

 

Filmada en Colombia y en Chile Los 33 es un estupendo ejemplo de cómo narrar una historia a pesar de que todo el mundo ya conoce el final, algo parecido a lo que ocurrió con Titanic de James Cameron. Los espectadores que estaban en el teatro – en la función de exhibición para medios- se reían, lloraban, se maravillaban, se sorprendían, emitían sonidos de admiración y de conmoción, en general, la historia logra llegarle a la gente.

 

Antonio Banderas, Lou Diamond Phillips, Juan Pablo Raba, Juliette Binoche, Kate del Castillo, Gustavo Angarita, Gabriel Byrne, Mario Casas, Rodrigo Santoro, son algunas de las luminarias que hacen parte del elenco de Los 33; excelentes actuaciones, muy emocionales, muy sentidas, muy simples, pero muy eficaces en cuanto a transmitir lo que sufrieron esos mineros en ese desastre, en ese rescate, en ese reencuentro, en ese drama de estar encerrados por más de dos meses. De otro lado, la presión de las familias, el dilema del gobierno chileno y el heroísmo de los rescatistas, el cubrimiento de los medios de comunicación y en general la participación de todos los protagonistas directos de este acontecimiento de la vida real están muy bien retratados en la historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como hecho curioso, la película se grabó en Nemocón (Colombia) en las minas de sal y en el desierto de Chile. ¿Por qué se grabó en Colombia? Por dos motivos, uno por los estímulos de la Ley del Cine que opera en Colombia, y dos, por las fastuosas locaciones de esas preciosas minas de este pueblo del altiplano cundi-boyacense. Toda la parte del drama de las familias, de las operaciones del Gobierno, fueron filmados en Chile.

 

En lo particular yo me conmoví demasiado con la historia, me logró cautivar; sin embargo, hubiera sido un poco más emocionante que se hubiera narrado con mayor profundidad el drama de los mineros antes de ser rescatados, eso le habría dado mayor emocionalidad y espectacularidad a la cinta, empero, creo que la historia logró su objetivo, y a pesar de que todos sabemos cómo termina, por algunos instantes sicológicamente nos preocupamos, dudamos, nos da miedo, quedamos en ascuas, añadiendo un dramatismo de sentimientos a la producción.

 

Los 33 debería ser un ejemplo para los nuevos realizadores de cine en cuanto a cómo narrar una historia, la importancia de los primeros planos de las cámaras, de la actuación de los protagonistas, del guión, del tratamiento de la historia; creo que aquí se logró muy humildemente el objetivo, sin que Los 33 tuviera la pretensión de ser un súper-megafilme. Para esos nuevos realizadores les queda la tarea de ver esta película, para que vean cómo se cuenta una historia, a pesar de que todos ya sepan su desenlace, sin tener que acudir a historias paralelas inventadas como hizo Cameron en el hundimiento del Titanic.

 

Una cinta muy aceptable, muy conmovedora, toca llevar pañuelitos para secarse las lágrimas, y eso no lo digo solo por las mujeres sino también por los hombres. Porque es una historia masculina y femenina. Es una historia de coraje, de aguante, de estos treinta y tres mineros, pero también es una historia de empuje, de misterio, de magia, de compasión, de ternura, por parte de las mujeres (familiares y esposas) de los trabajadores que sufrieron esta tragedia.

 

Mi calificación para esta película es de 4.1 sobre 5.0.

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