La conspiración del silencio
Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial los aliados llevaron a cabo los famosos juicios de Nuremberg, en los cuales se juzgó a la plana mayor del partido Nazi, o por lo menos a lo que quedó con vida, o que no se escaparon. Esos juicios de Nuremberg sirvieron para ofrecer un poquito de justicia a las millones de víctimas de esta conflagración bélica y del llamado Holocausto judío.
Alemania, una vez finalizados estos juicios, pasó la página y comenzó a reconstruir su nación dividida por los aliados occidentales y por los rusos. El canciller Adenauer determinó que Alemania federal debía hacer borrón y cuenta nueva. El país debía perdonar y seguir adelante; sin embargo, un sector muy importante del Estado germano, el de la justicia, se resistió a hacerlo.
La conspiración del silencio narra precisamente esta resistencia de la justicia alemana a olvidar los crímenes que se sucedieron en el campo de concentración de Auschwitz. El fiscal Johann Radmann escarbó y escarbó en el pasado y en los archivos que tenían los Estados Unidos sobre este lugar de exterminio. Llevó a cabo una investigación, la cual tuvo innumerables obstáculos, porque la política de Alemania federal era la de dejar en el pasado estos hechos y no llevar a la justicia a los principales responsables de los asesinatos y de las torturas que se sucedieron en este campo de concentración.
Este filme, dirigido por Giulio Ricciarelli, muestra con precisión y emotividad los contratiempos que tuvo que sortear el joven fiscal Radmann para llevar ante los jueces a los antiguos comandantes del campo de concentración más renombrado de la Segunda Guerra Mundial, en el cual perdieron la vida cientos de miles de personas a manos de la nefasta guardia pretoriana de Hitler: las SS.
Los protagonistas de esta película -la cual fue selección oficial en el Festival de Toronto y elegida por Alemania para representarla en los premios Oscar de 2016- son: Alexander Fehling (interpretando el papel del fiscal Radmann), Andre Szymanski, Friederike Becht, Johannes Krisch, Hansi Jochmann y Juan Von Bulow. Es una cinta que se centra específicamente en el trabajo actoral, y en el conflicto del protagonista con una sociedad que quiere dejar en el pasado una herida profunda que ha dejado cicatrices en la psique de la nación germana.
En mi concepto es una película que toma partido por la justicia universal, por la moral humana y por los más destacados y preciados valores del derecho. Obviamente, no todos estarán de acuerdo con esta posición, ya que no son pocos los conflictos bélicos en los cuales se han presentado estos dilemas morales al juzgar en el llamado post-conflicto a los responsables de delitos atroces e inhumanos (sin ir más lejos, el caso colombiano).
Es una película muy recomendada para los estudiosos de la historia, del derecho, de la filosofía política y de la moral. Es una cinta que pone a pensar, que pone a reflexionar, que no te deja pasivo. ¿Qué hubiera sucedido sin Alemania no hubiera llevado a cabo estos juicios? Es una buena pregunta, ya que este país perdió una guerra y entró en un proceso de cauterización de una profunda herida; de la herida que dejaron los extremistas nazis y sus cómplices. La nación germana salió adelante y hoy está considerada –junto con Reino Unido- el verdadero motor económico de la Unión Europea; dejó de ser una potencia militar con vocación de dominio global, pero ha resurgido como un país modelo en el mundo, no solo por su poderío financiero, sino por sus aportes a la cultura y al pensamiento mundial. Alemania, después de 1989, es una sola nación, y es un ejemplo hoy en día de resurgimiento, de perdón, de autocrítica y de motivación.
La conspiración del silencio le gustará sobre todo a los estudiantes de derecho, a los abogados, a los juristas, a los cultores de la justicia y de los valores que protege esta ciencia social, este mecanismo de resolución pacífica de controversias. No es una película de divertimento o de entretención nada más; no, es una cinta reflexiva, y que a los cineastas empedernidos no debe de serles indiferente tampoco.
Mi calificación para esta película es de 4.0 sobre 5.0.


