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Bajo la misma estrella

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Narra la historia de Hazel, una niña que tiene cáncer –interpretada por la actriz  Shailene Woodley-. Ella decide ingresar a un grupo de terapia, y allí conoce a Augustus Waters –interpretado por el actor Ansel Elgort-, otro muchacho enfermo de cáncer como ella.

 

La película está basada en la novela de John Green, la cual se ha convertido en un fenómeno de ventas a nivel mundial. Es una historia de amor bastante lacrimógena, tiene todos los ingredientes de la tragedia griega, en la cual el destino confabula contra la felicidad de los protagonistas.

 

En general me pareció un filme divertido, un tanto triste, pero muy apropiado para ese segmento de la población que adora las historias románticas. La sala de cine donde vi la película estaba llena de niñas adolescentes y preadolescentes, las cuales han sido las mayores fans de la novela de Green, y de la película del director Josh Boone.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Obviamente, y sin destruir el final de la cinta, me parece que la película es eficiente en cuanto al efecto que quiere dar, el mismo efecto que han tenido historias trágicas como “Romeo y Julieta” de Shakespeare, o “Werther” de Goethe, pasando por “María” de Jorge Isaacs. Un amor contrariado, una enfermedad que se interpone en el camino, y dos adolescentes que tienen su tiempo contado y que por lo tanto deben disfrutar de lo que les queda con pasión y frenesí.

 

Hay una escena de la película que no me cuadra y es la visita que hacen los protagonistas a un escritor –interpretado por Willem Dafoe-. La escena es ruda, dura, y logra romper el celofán de la candidez y de la delicadeza en la que transcurre la historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En términos generales quiero decir que deben prepararse para llevar una caja de Kleenex al teatro, porque la película es bien lacrimógena. Hace llorar a todo el mundo. No hay derecho. Pero bien, eso es lo que uno quiere cuando va al cine: conmoverse.

 

La niña Woodley –protagonista de “Divergente” y de esta cinta-, me parece que hace un papel muy apropiado, aunque ella tiene un dejo en todos sus filmes como de: “me importa un carajo todo”; pero bueno, logra transmitir la ternura, la suavidad, y la indefensión de una enferma grave. Su coprotagonista Ansel Elgort, trata de ser el galán tierno, y consigue hacerlo bien, según pude oír las exclamaciones de las niñas que estaban en el teatro. Por lo tanto, mi opinión personal no importa si a las niñas les gustó, o les impactó.

 

Una película entretenida, un tanto dura, pero perfecta para los que nos gusta las historias de amor. Yo en lo personal ya he escrito dos novelas románticas, y sé lo que cuesta llegar a las emociones de la gente. John Green lo logró con “Bajo la misma estrella”.

 

Mi calificación para esta película es de 4.0 sobre 5.0.   

 

 

 

 

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